26 de diciembre de 2010


LA DEMOCRACIA EN NEGRO


Con la campanada final del 31 de diciembre caerá el último vestigio de este sórdido año de 2011 que se ha llevado por delante miles de puestos de trabajo, otros tantos de futuros, de ilusiones y de proyectos que posiblemente vaguen por el limbo del imaginario de quienes lo gestaron y se queden anclados para siempre en el fondo oscuro de este año. Con esta postrer campanada, también caerá el telón “en negro” para la cadena CNN+, dejándonos en la privanza de un periodismo de calidad como el de Iñaki Gabilondo, Antonio San José o José María Calleja , sin olvidar que tras ellos un gran equipo de técnicos y periodistas se verán envueltos en la niebla de la incertidumbre.
Las ambiciones del grupo PRISA y la conversión de la opinión periodística en moneda cotizable del tiburoneo de los mercados, les ha llevado a tener que dejar el 50,6% del capital de esta sociedad en manos del fondo de inversión especulativo Liberty Acquisition Holding, quien toma la decisión de vender la cadena Cuatro al grupo Mediaset Investimenti SPA, propietario a su vez de Tele 5 y estimar que la cadena CNN+ no le es rentable. Siguiendo por tanto la regla de mercado, y la regla de lo que igualmente les es incomodo, deciden claramente la opción del cierre.
A nadie se le oculta del poder adquirido en forma creciente por los medios de comunicación social, y su vinculación a intereses económicos determinados que en ocasiones se alejan del cuestionamiento del estado de las cosas y del ejercicio del contrapeso de los poderes políticos y económicos, actuando incluso como refuerzo de aquellos. Además la concentración de medios audiovisuales pertenecientes a grandes corporaciones multinacionales dificultan la pluralidad ideológica, eliminando cualquier cuestionamiento del modelo neoliberal.
En ese marco, se instala este grupo mediático que trata de despolitizar el canal cuatro. No creo que alguien haya puesto en duda el tinte progresista de la CNN, expresado por el propio Gabilondo “Yo no oculto mi posición, pero me expreso con independencia, respondiendo a mis propios puntos de vista”, y esa postura de honestidad profesional de los periodistas de CNN ha sido la que nos ha mantenido como espectadores permanentes durante el tiempo que ha estado en la parrilla de cadenas televisivas españolas.
La “brunete mediática” que sujeta las informaciones “incomodas” , ha pasado sus tanques y está a la vista la multitud de comentarios en los diferentes blogs y opiniones de lectores de la “mediocracia cavernaria”, que babean en sus plumas el odio arrastrado hacia quienes con su palabra han hecho frente a esto de la “uniformidad necesaria” y la "idea única" defendida con posiciones desde el insulto y la descalificación permanente. Así pues, abundará la TDT party desde cuyo altar mediático se predicará el monoteísmo económico y social de las corrientes neocon.
Del otro lado nos quedarán las programaciones en los que las bernardas y sus chichis trataran de convencernos, entre cruces de nalgas minifalderas, que la importancia de un país está en la venta al peso de los reloqueos de bragas y braguetas de esta biutiful pipol, de la pandereta nacional.

Yo creo que al final vamos a averiguar por qué no nos quieren los mercados.
Son ciertas las palabras de Gabilondo, que el cierre de CNN+ es una enfermedad para la democracia de este país. La mejor medicina debe de ser la exigencia de la ciudadanía en el cumplimiento del derecho constitucional a que se les garantice una información plural, veraz e imparcial. Quizás sea esa la única manera de hacer reversible el epitafio descorazonador lanzado por este periodista:
A partir de ahora es seguro que intentaremos conocer y tratar de entender lo que vayamos conociendo; pero no es muy seguro encontrar donde y como contarlo”.
Mantengo la esperanza de que la conciencia ciudadana apueste porque queden o se creen espacios en los que el periodismo independiente y útil a la sociedad pueda cumplir la función que le corresponde. Mientras tanto el que escribe estas líneas procurara leer, ver y entender sin prisa, porque al final la prisa es mala consejera, para leer, ver, conocer y entender.