El programa universitario de mayores de la UJA establece como uno de sus objetivos
el promover las relaciones generacionales e intergeneracionales. Por tanto,
además de cumplir una función educativa, una función estimuladora e incentivadora,
añade una importante función social.
Un papel social ejemplar, formativo del carácter de los
valores y de las identidades que trasciende el plano de los conocimientos
concretos que puedan adquirirse en las aulas.
El pasado curso fue un buen exponente de ello, en el que
docencia y marco docente se aunaron para que los objetivos enumerados alcanzaran un destacable grado de éxito,
reconocido además por los que hemos sido receptores y elementos activos en este
proceso.
Los cambios que se van a promover en la ubicación de la
Universidad de Mayores con el traslado
aulario al remodelado edificio de la
antigua escuela de Magisterio, van a romper, a mi juicio, la dinámica motivadora y funcional que
presidió el anterior curso.
Nadie puede poner en tela de juicio el esfuerzo realizado por
la UJA en la rehabilitación del edificio
Magisterio; máxime en unos tiempos en los que la inversión en cultura no
es objeto de especial preocupación por el gobierno de turno. Por eso se ha de
valorar en positivo una rehabilitación exitosa tanto en la forma como en su
fondo y porque además se ha dado una muestra de optimización de recursos, aprovechando bienes públicos.
Lo que no me merece igual positiva valoración es el traslado
a esta nuevas instalaciones, la Universidad de Mayores. Si precisamente una
función esencial es la promoción de la relación intergeneracional, aquí se
rompe la cadena. El regreso al campus universitario suponía combinar el
aprendizaje con una recuperación de viejas experiencias en escenario real, que
a mi personalmente me han producido un rearme sicológico ventajoso e incluso en
lo físico, al trasladarme a pie en muchas ocasiones al campus.
No hace mucho, visitaba Granada y al atardecer pase por el
viejo edificio de la Universidad en donde recibí clases de Derecho. Y no me
sustraje a entrar al viejo claustro de orden toscano y sentarme en un banco de
piedra, para hacerle una concesión a la nostalgia. Hay concesiones que son positivas. Volver a un campus universitario es bueno,
aunque sea para evocar una parte del pasado anotado en el haber de la vida.
No he preguntado a alumnos y alumnas que nos suceden en
varias generaciones qué opinión les merece el vernos allí, pero no creo que sea
negativo para la imagen de la cultura, del saber y del esfuerzo. Todo lo
contrario.
Ahora accederemos a nuevas áreas del conocimiento en una
clase, que no es lo mismo que un aula. Nuestro entorno se reducirá al
intercambio generacional limitado a una o dos décadas en espacios limitados
vitalmente. Siendo ácidamente expresivo, una especie de de Centro Cultural
Diurno de Mayores.
Se nos puede argumentar la céntrica situación de esta nueva
sede, pero el acceso al saber siempre ha de suponer algún esfuerzo, y no he
escuchado quejas de nuestra estancia en el campus.
El traslado obedece a una optimización del edificio y a una
razón de estado, que siempre es la peor de las razones.
Tal como titulo este
comentario, las reacciones entre elementos se producen con la mezcla, mientras
tanto ambos componentes a mezclar permanecen iguales en su composición. Salvo
que la química molecular aprendida en la
Universidad Laboral de Córdoba, hace décadas haya cambiado, sigue vigente el
principio : SIN MEZCLA NO HAY REACCION.
1 comentario:
Pimo, no sabía de tu periplo universitario y me ha encantado encontrarme con él.
Antes, cuando estaba en el Banco y andaba menos ocupado, de vez en cuando me daba un garbeo "Detrás de la columna", pero tengo que reconocer que desde que dejé el Banco cada día tengo menos tiempo. No me explico de dónde sacaba yo el tiempo para ir todos los días a trabajar durante 7 horas.
Entono el mea culpa y promete visitar de vez en cuando, como lo hacía, las cosillas de mi pimo en "Detrás de la columna".
Me ha alegrado esta nueva faceta tuya, tan importante en la vida de las personas, porque si hay cosas importantes en la vida de las personas, una de ellas y tal vez de las más importantes sea la educación.
Siento que no te guste el nuevo emplazamiento, pero piensa que al fin y al cabo lo importante es el fin, no los prolegómenos ni los medios, sino el fin.
Que sigas bien.
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