Me confieso senequista en aquella
parte de disponer del tiempo de uno sin que se lo roben, ni se malgaste como
único bien que realmente poseemos. Tras terminar anticipadamente la etapa
laboral por exigencias de mercado y
otras de voluntariado social, tenía marcado en el calendario el llevar a cabo
la enseñanza de nuestro cercano filósofo
cordobés, Séneca.
Hacer el tiempo mío. Y en ese
arte de utilizarlo de forma óptima, la
Universidad de Jaén me ha abierto el mejor camino.
En el mes de Octubre pasado
inicié mi primer curso de la Universidad de Mayores, después de haberlo
pospuesto varias veces. Y lo hice de forma ilusionada al volver a entrar en un
campus universitario como alumno
sentándome en un pupitre a escuchar las exposiciones docentes
rememorando mis tiempos ya pasados en la Universidad de los años 70.
Cómo escuchábamos ayer, después de que las cenizas del tiempo le blanqueen a uno
el pelo, vuelvo a descubrir conceptos, ideas y personas. Marcos de cultura
que no pudieron ser abordados por circunstancias. Rostros perdidos en el marasmo del tiempo y
reencontrados como alumnos o como profesores.
También rostros nuevos. Igual de
gratos que los reencuentros. Son las
otras asignaturas. El conocimiento tamizado por los años y la experiencia
personal de la vida que se constituyen
en fuente enriquecedora de enseñanza. Es el ÁGORA
(del griego ἀγορά,
asamblea,) DEL TIEMPO, en donde todos/as aprendemos de todos/as.
Me es grato compartir los bancos
docentes con personas que siguen buscando lo que nuestros padres griegos
llamaban la PAIDEIA (en griego παιδεια,
"educación" o "formación").Bajo este concepto se resumían
elementos como la gimnasia, la retorica, poesía, literatura, matemática, etc.,
que los romanos luego llamaría “humanitas”, es decir el humanismo cívico.
Por tanto no venimos a iniciar
ninguna carrera, sino a terminarla, a perfeccionarla y a ser capaces de
aprehender para transmitir.
Grupo Primer curso Universidad Mayores con nuestro profesor .D Eduardo Araque |
Hoy somos “clases activas” y
vitalmente necesarias para las generaciones que nos suceden. La expulsión
temprana del mundo laboral junto con el avance en la vida media ha cambiado
totalmente la estructura grupal de los mayores. La actual situación de crisis
económica nos ha colocado además como atenuadores en el área familiar de las
carencias generadas por la crisis.
Insisto en que la UJA ha interpretado perfectamente el presente y pone
a nuestra disposición una herramienta para mejorar el futuro, que además de en
manos de los jóvenes también está en las nuestras, ahora más que nunca. Como
encabezo este artículo: Una
universidad abierta a todas las edades
es la mejor puerta a una cultura sin
fronteras.
Finalmente una aclaración
disculpatoria. Yo fui de “ciencias”, como se decía en mi época debido a las
circunstancias de esta. La carrera de humanidades que no pude hacer entonces,
no me impidió libremente autoformarme en sus disciplinas, por eso comentaba
antes que ya no venimos a iniciar una carrera sino a terminarla, a completarla.
Nuestro margen vital se nos acorta, de ahí la importante valoración del apoyo
que ahora se nos presta.
Termino con la despedida del
sabio cordobés citado: Que sigáis bien.
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