Las preces políticas que se nos han mostrado en los días anteriores al
debate de investidura han dejado muchas cosas en su sitio. El PSOE tiene aún
una genética rencorosa hacia lo ocurrido en 1917, año en que las escisiones
produjeron la creación del Partido Comunista de España. A estas alturas seguir
manteniendo esas añejas rencillas,
cuando del partido comunista dejó de existir en estructura y en ideología hace
ya bastantes años, cuando menos parece propio de una gerontocracia que apesta a naftalina política, que sigue
ejerciendo internamente en el Psoe.
A Sanchez se le ha olvidado que
la deriva de su partido durante más de 15 años, obedece principalmente al lobby
socioliberal que lo ha dominado. Un socialismo ilustrado, (todo para el pueblo
pero sin el pueblo) lo alejo de las bases y sobre todo de aquellas bases de
votantes (militantes o no). Un electorado de izquierda que poco a poco fue
abandonando al PSOE y que alimentó en gran medida la nueva fuerza emergente de
Podemos, cuando las propuestas que emanaban se diferenciaban bastante poco de
las neocapitalistas del Partido Popular. Sanchez sufre de una ceguera ensayada
y articulada por esos mismos grupos
internos que lo expulsaron de la política, cuyas caras ya no vemos pero
si su intento de control al que sucumbe el nuevo secretario general. Se le olvida igualmente al Sr. Sanchez que el
proletariado sigue existiendo bajo nuevas fórmulas de explotación, desigualdad
y pobreza, y me resulta escandaloso que argumente ahora resultarle duro tener
que negociar una coalición con Unidas Podemos, cuando lo duro son los niveles
de precarización, desigualdad y pobreza que azota al conjunto de la sociedad
española. Eso es lo realmente duro,
señor candidato a la Presidencia de Gobierno. Y está claro que el socialismos
europeo, la socialdemocracia, ha
fracasado precisamente por sus pactos con las políticas neoliberales de Europa, fragmentado en facciones políticas de una
izquierda con conceptos más amplios, como la ecología, medioambiente, igualdad,
etc. Son lo que el neocapitalismo llama “populismo radical de izquierdas”.
Abróchese los machos políticos
señor candidato y entienda que los resultados de las urnas no tienen más que
una lectura: gobierno en colación con medidas correctoras de todo aquellos
derechos sociales y económicos que le han sido arrancados durante la crisis al
conjunto ciudadano más desfavorecido. La
dirección contraria es alinearse con las tesis de los economistas de Chicago,
que impera ya en EE.UU y que se ha extendido a Europa: Para que los ricos sean
más ricos, los pobres tienen que ser más pobres”. Entonces su partido pasará a
integrase en la nada política de la socialdemocracia europea, y como decía el
cartel de la entrada a la laguna Estigia
de Dante: Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate. (Perded toda esperanza los
que aquí entráis). Era la puerta al infierno de la Divina Comedia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario