28 de noviembre de 2014

AMORES DE OTOÑO




No es el otoño epílogo de nada y menos en el amor que se tiñe, ampara y  reviste de todo aquello que es propio de lo que transita entre el final de verano y el inicio del invierno.

Hacer comparaciones de cómo fue el amor en otras estaciones es detestable e incluso de mala educación. El ahora y el presente es lo fundamental que son los padres del futuro.

Un viejo poema ZEN nos habla:
Los árboles meditan en invierno, gracias a ello florecen en primavera, dan sombra y frutas en verano y se despojan de lo superfluo en otoño.

El otoño y sus amores se despojan de lo banal, y entre los dorados caminos que la hojarasca de bosques y parques nos traza, respiramos la paz que aleja afanes torturadores o ambiciones que nos deslumbraron.

A mis amigos, que hoy han decidido otoñarse de manera mas formal, les deseo un largo transcurrir, rodeados siempre de todas las características propias de la estación que han elegido y en la que están.


Salud y suerte.

11 de noviembre de 2014

DE MALMARIDADAS Y PADRINOS



No llego a entender la posición de UGT-A de romper relaciones institucionales con PSOE y Junta de Andalucía, que en definitiva son lo mismo. El precedente anterior hay que situarlo en 1988, con la huelga del 14-D.Un desencuentro cuyo fondo no puede compararse ni por asomo a esta especie de rabieta de desamores temporales. Pensiones y modelos de contratación sustentaban  por aquel entonces razones de peso para ponernos cada uno en nuestro sitio. Se ganó una necesaria autonomía, que fue efectiva hasta la retirada de Nicolás.

En Andalucía hay cuestiones que se han hecho mal, pero en un matrimonio bien avenido durante quince años, todo se perdona. El amor allana hasta las más oscuras infidelidades.

 Siempre he considerado a la UGT-A malmaridada por un padrino y familiares interesados, que a la vieja usanza conservadora buscaron pretendiente noble, para una novia cuya dote era antigua e importante.


Nunca tuvo la novia intenciones casaderas, ni le preguntaron. Estas uniones, cuando llega la ruptura, nunca se hace de forma civilizada y al final cada una de las partes esgrime los pasados más oscuros de la otra. 
Hundidos ambos en el descrédito, siempre hay quienes andan por encima del agua. Los que hemos sido testigos de semejante barbaridad lo sabemos. Son los que siendo parientes del novio, convenientemente dijeron serlo también de la novia. Para estos siempre hay tajada segura.

2 de noviembre de 2014

SIN MEZCLA NO HAY REACCIÓN



El programa universitario de mayores  de la UJA establece como uno de sus objetivos el promover las relaciones generacionales e intergeneracionales. Por tanto, además de cumplir una función educativa, una función estimuladora e incentivadora, añade una importante función social.

Un papel social ejemplar, formativo del carácter de los valores y de las identidades que trasciende el plano de los conocimientos concretos que puedan adquirirse en las aulas.

El pasado curso fue un buen exponente de ello, en el que docencia y marco docente se aunaron para que los objetivos enumerados  alcanzaran un destacable grado de éxito, reconocido además por los que hemos sido receptores y elementos activos en este proceso.

Los cambios que se van a promover en la ubicación de la Universidad de Mayores  con el traslado aulario  al remodelado edificio de la antigua escuela de Magisterio, van a romper, a mi juicio,  la dinámica motivadora y funcional que presidió el anterior curso.

Nadie puede poner en tela de juicio el esfuerzo realizado por la UJA en la rehabilitación del edificio  Magisterio; máxime en unos tiempos en los que la inversión en cultura no es objeto de especial preocupación por el gobierno de turno. Por eso se ha de valorar en positivo una rehabilitación exitosa tanto en la forma como en su fondo y porque además se ha dado una muestra de optimización de recursos,  aprovechando bienes públicos.

Lo que no me merece igual positiva valoración es el traslado a esta nuevas instalaciones, la Universidad de Mayores. Si precisamente una función esencial es la promoción de la relación intergeneracional, aquí se rompe la cadena. El regreso al campus universitario suponía combinar el aprendizaje con una recuperación de viejas experiencias en escenario real, que a mi personalmente me han producido un rearme sicológico ventajoso e incluso en lo físico, al trasladarme a pie en muchas ocasiones al campus.

No hace mucho, visitaba Granada y al atardecer pase por el viejo edificio de la Universidad en donde recibí clases de Derecho. Y no me sustraje a entrar al viejo claustro de orden toscano y sentarme en un banco de piedra, para hacerle una concesión a la nostalgia.  Hay concesiones que son positivas.  Volver a un campus universitario es bueno, aunque sea para evocar una parte del pasado anotado en el haber de la vida.

No he preguntado a alumnos y alumnas que nos suceden en varias generaciones qué opinión les merece el vernos allí, pero no creo que sea negativo para la imagen de la cultura, del saber y del esfuerzo. Todo lo contrario.

Ahora accederemos a nuevas áreas del conocimiento en una clase, que no es lo mismo que un aula. Nuestro entorno se reducirá al intercambio generacional limitado a una o dos décadas en espacios limitados vitalmente. Siendo ácidamente expresivo, una especie de de Centro Cultural Diurno de Mayores.
Se nos puede argumentar la céntrica situación de esta nueva sede, pero el acceso al saber siempre ha de suponer algún esfuerzo, y no he escuchado quejas de nuestra estancia en el campus.

El traslado obedece a una optimización del edificio y a una razón de estado, que siempre es la peor de las razones. 
Tal como titulo este comentario, las reacciones entre elementos se producen con la mezcla, mientras tanto ambos componentes a mezclar permanecen iguales en su composición. Salvo que la química molecular  aprendida en la Universidad Laboral de Córdoba, hace décadas haya cambiado, sigue vigente el principio : SIN MEZCLA NO HAY REACCION.